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domingo, 24 de marzo de 2013

La izquierda y la izquierda

 
                                                                                                               Pep Montserrat
Tengo dos amigos griegos: Antaios y Mikaela. Cuando los conocí, hace cinco años, pensaba que estaban casados, porque discutían todo el día. En posteriores viajes a Grecia comprendí que los griegos siempre parecen estar peleando. Así hablan. Pero en mi última visita a Atenas he visto a mis amigos discutir mucho, y esta vez sí era de verdad.
Debaten de política, claro. Desde que la crisis se cebó con los griegos, todas mis conversaciones en ese país terminan en política. Las entrevistas promocionales de mis libros siempre terminan con preguntas sobre la crisis. Todo el mundo quiere saber qué opinas, qué harías tú, cómo se vive la crisis en España y, de ser posible, con cuánto fervor detestas a Angela Merkel.

Pero mis amigos Antaios y Mikaela no se limitan a pelear. Cada uno se ha apuntado a un partido político diferente. Uno de izquierda y otro de más a la izquierda.


En mi última visita a Atenas he visto a mis amigos discutir. Debaten de política”

Antaios es el moderado. Fue comunista en su juventud, pero vivió en Italia y se sintió atraído por el eurocomunismo. Es periodista y editor literario. En los últimos años se ha vuelto también un intelectual famoso. Los medios de prensa lo llaman para que comente libros o analice las elecciones italianas. Y colabora con el Partido de Izquierda Democrática, un pequeño grupo que ocupa el 7% del Parlamento.

–Los griegos están furiosos con Alemania y con el FMI –me dice mientras conduce en el agresivo tráfico de Atenas–. Culpan a esas instituciones de la crisis. Pero debemos admitir que nosotros hemos hecho las cosas muy mal, con límites inaceptables de corrupción, falsedad e ineficiencia. Culpar a los demás es sólo una manera de eludir nuestra responsabilidad.

–¿Pero no es eso lo que dice la derecha? –pregunto–. Pensé que tu partido era de izquierda.

–Lo es, pero estamos en coalición con la derecha de momento, porque la prioridad es quedarnos en Europa. Una vez que aseguremos eso, podremos legislar a favor de los trabajadores, contra las grandes empresas.

–¿Y eso no es lo mismo que dice el Pasok, el Partido Socialista?

–¡Pero nadie le cree al Pasok! Ya han gobernado, y están podridos de corrupción. Hace falta un partido que diga lo mismo, pero que sí tenga credibilidad.

Mikaela es más radical. Cuando ella era joven conoció la violencia política. Al padre de su primer novio lo asesinaron estando ella en la misma casa. Vivió en Francia y quedó seducida por la cultura revolucionaria de los estudiantes. Es una periodista de prensa y televisión. Ahora es cercana al frente de izquierda Syriza, segunda fuerza política del país y principal opositora a la coalición de gobierno. Para Mikaela, Grecia necesita una actitud más contestataria de cara a Europa. Dice:

–Las políticas económicas de ajuste están asfixiándonos. Tenemos un desempleo cercano al 30%. Entre los jóvenes llega al 60% ¿A quién se le puede ocurrir que este sea un modelo exitoso?

–¿Entonces ustedes proponen marcharse de Europa?

–No. Antaios nos pinta como unos vándalos antieuropeos. Pero lo único que queremos es una negociación más justa para pagar los préstamos.

Durante mi viaje ceno con los dos, Antaios y Mikaela. Aún se ven, pero su relación se ha enfriado. Se dicen cosas como:

–¡Antaios, tú no eres sensible a la pobreza que vivimos!

–¡Pero si tú vives en uno de los mejores barrios de Atenas!

–¡Y tú también!

En el fondo, la principal diferencia entre ellos es quién es el culpable: ¿Hicieron las cosas mal los griegos o la troika? ¿Quién debe pagar ahora?

La discusión de mis amigos repite muchas que he escuchado en España. Normalmente es la izquierda la que lidera los cambios sociales en los países. Y Europa del sur sin duda necesita cambios, pero la crisis ha hecho preguntarse a mucha gente: ¿No ha sido también la izquierda responsable por las políticas equivocadas? ¿Necesitamos una izquierda más radical o una moderada más creíble? Las respuestas a esas preguntas no sólo decidirán el futuro de mis dos buenos amigos, sino el de los millones de personas que vivimos aquí.



Twitter: @twitroncagliolo

sábado, 9 de marzo de 2013

Vídeo "Gracias, Grecia", se divulga por toda Grecia

El pasado 7 de febrero sobre las 14 horas se proyectó en un canal nacional de la televisión griega el vídeo Gracias, Grecia. Nuestra herencia. Tras ello aumentó de forma espectacular el número de visitas a youtube. Lleva ya casi 200.000 visitas. 

  Y no solo eso, varios periódicos griegos se han interesado por el vídeo y el transfondo (todo el evento de Yo conozco mi herencia, ¿y tú?) como el Eleftheros Typos y 6 Days y van a entrevistar a su creador Arístides Mínguez. Asimismo Julia Livaditi, agregada de prensa de la Embajada de Grecia en España, también ha escrito a la asociación felicitandonos por el vídeo y solicitando permiso para utilizarlo en la Semana de cultura griega que se se va a realizar en Avila los días 18 al 24 de febrero para proyectarlo en la conferencia de prensa anterior a la conferencia y en el propio acto inaugural. Asimismo se ha puesto en contacto con Arístides Minguez para felicitarle personalmente.
 El guión del vídeo es de Arístides Mínguez y Alfredo López y el montaje y dirección de Pedro Pruneda. Muchas gracias por vuestro vídeo. 

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=Rc9RnwPXoJ0
La noticia está siendo publicada por la prensa electrónica y como muestra un botón: 

La ciudad de los desechos

El hormigueo de hombres que viven de la chatarra muestra una ciudad en la que también ellos son considerados.

Judit Carrera. 9 de marzo de 2013

De las calles de Atenas llegan ecos de pobreza y xenofobia que la alejan de la polis que un día fundó la civilización europea. Hoy, las imágenes de una ciudad sumida en la exclusión social y la violencia son las ruinas de ese ideal de ciudad basada en la igualdad y la libertad que inspiró al resto de Europa. Los efectos de la crisis económica y el racismo son cada vez más visibles en los espacios públicos de la capital griega. Si el destino de Grecia es premonitorio del futuro de Europa, observar lo que pasa en sus calles puede ser instructivo a la hora de prever el impacto de la crisis en nuestras propias ciudades.
En Barcelona, la pobreza, que de manera más directa afecta al 30% de sus habitantes, aún no se ha hecho visible con la misma crudeza en el centro de la ciudad. El ligero repunte de los sin techo no parece proporcional al aumento de la desigualdad social que, por el momento, queda confinada en los espacios privados, donde las redes familiares siguen ofreciendo un colchón de protección.
Probablemente, el fenómeno más nuevo y visible de la exclusión social sea la presencia cada vez más numerosa de personas, en su mayoría hombres, que subsisten de los residuos que extraen de los contenedores de basura y transportan en carros de supermercado. El hormigueo de estos hombres que sobreviven gracias a la chatarra traza el mapa de una ciudad paralela, con unos circuitos más o menos visibles, y ofrece dos grandes lecciones.
Las basuras son constitutivas de todo orden social que, para sostenerse, necesita establecer fronteras claras entre lo que tiene valor y lo que es desechable
La primera es que confirma que el concepto de residuo es siempre relativo. A la basura van a parar los restos, los objetos carentes de uso o de valor, todo aquello que se ha convertido en superfluo o innecesario. Pero como señalaba la antropóloga Mary Douglas, ningún objeto es residuo por sus cualidades intrínsecas. Los rebuscadores de nuestras calles lo demuestran constantemente dando una nueva vida económica a la basura, obteniendo ingresos ínfimos por toneladas de objetos, reciclando materiales o arreglando electrodomésticos y aparatos tecnológicos que, a pesar de haber sido programados para ser obsoletos, acaban renaciendo en países en desarrollo.
Que las basuras tienen valor también lo sabe el Ayuntamiento de Barcelona, que en el año 2011 dejó de ingresar dos millones de euros por la disminución de los residuos debida al descenso de la actividad económica pero también, atención, al robo de lo que una vez lanzado al contenedor pasa a ser “propiedad” municipal. En julio del 2012 se habían impuesto 2.000 multas por extracción de materiales de los contenedores. No están las arcas municipales para perder dinero, aunque sea a costa de tanta miseria.
Las basuras son constitutivas de todo orden social que, para sostenerse, necesita establecer fronteras claras entre lo que tiene valor y lo que es desechable, entre lo puro y lo impuro, entre lo útil y lo que debe morir. Los residuos nos dicen mucho de una sociedad. Son excedentes y, como tales, la parte sobrante de un mismo cuerpo. El problema es cuando la distinción entre objeto de valor y residuo se extiende a las personas. La creación de excedentes humanos es inherente a la modernidad, lo fue en la colonización y lo es ahora en la globalización.
Los chatarreros con carro —y esta es la segunda conclusión— prueban la existencia de residuos humanos en nuestra ciudad. Estos hombres son mayoritariamente inmigrantes, que han llegado aquí porque, como la basura, en algún sitio habían dejado de tener su lugar. Algunos llevaban años trabajando en la construcción, pero han sido expulsados porque, como la basura, han dejado de ser útiles. Hoy, en pleno corazón de Europa, estas poblaciones sobrantes son juzgadas como intrusas y privadas de cualquier derecho. En algunos casos, se les niega incluso el agua de las fuentes públicas. Molestan porque nos recuerdan la fragilidad de la condición humana contemporánea y preferimos que sean invisibles porque, como los residuos, son el espejo de nuestra sociedad.


La crisis pone en riesgo la lucha para frenar el VIH en Grecia

Las infecciones entre consumidores de drogas por vía intravenosa aumentan


Las ONG tienen menos fondos para actuar

La UE advierte del paralelismo con la situación de otros países

Atenas










“No hay manera, no hay manera”. Meni Malliori lo repite mientras repasa las cifras del presupuesto anual de su organización. Es la presidenta de Okana, la mayor red de centros de Grecia para la prevención y el tratamiento de la adicción a las drogas. Desde hace meses no sabe cómo el servicio podrá continuar tras los recortes en la financiación estatal que llega justo cuando en el país hay un aumento sin precedentes de casos de VIH entre los usuarios de droga por vía intravenosa. Si en 2010 las infecciones registradas entre estas personas eran 14, en 2011 subieron a 206 y en 2012, hasta el pasado octubre, último dato disponible, se detectaron 487 casos en este colectivo, que se ha convertido por primera vez en el principal grupo de riesgo.
La situación es anómala. En la mayoría de Europa el principal grupo afectado es el de los homosexuales. En España, por ejemplo, representaron el 53,7% de los nuevos diagnósticos, frente al 5,4% de los consumidores de drogas. Pero el resto de los factores (crisis generalizada, recorte de los presupuestos de las ONG) son comunes a España y Grecia, por lo que las autoridades sanitarias europeas piden vigilancia.
Más sustancias inyectadas implica más jeringuillas compartidas
A finales del pasado noviembre el Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades (ECDC), tras una visita al país, publicó un informe técnico en el que alertaba sobre los riesgos de este nuevo brote de VIH en un grupo que prácticamente apenas registraba casos antes del comienzo de la crisis. “Sin una acción decidida, el brote de VIH entre personas que se inyectan drogas no solo continuará, sino que existe el riesgo de que se difunda más allá de Atenas [la ciudad donde se concentran los casos]”, se lee en el informe de ECDC. El documento subraya que, “aunque el alcance de los efectos de la crisis financiera en el brote no está claro, es evidente que la crisis ha tenido un impacto sanitario y social significativo en la población de Grecia”.
Sí hay algunos síntomas de cómo ha podido influir la grave situación económica. Por ejemplo, en el tipo de sustancias inyectadas y en las formas del consumo. “Muchos no tienen ya el dinero de bolsillo que tenían antes y han cambiado el tipo de sustancia. Ahora usan cada vez más una droga que aquí se llama shisha”, explica Malliori. La shisha es una mezcla de metanfetamina en cristales y otros agentes químicos que ha entrado en el mercado griego de la droga en los últimos años. Una dosis sale por dos-tres euros en lugar de los 20 que cuesta una de heroína. Tiene los mismos efectos que la heroína, pero, a diferencia de esta, hace aumentar la predisposición sexual. Un efecto que, según los expertos, se combina con el hecho de que cada vez más adictos se prostituyen a cambio del dinero que necesitan para sus dosis. “Si alguien está infectado por el VIH, si se tiene en cuenta el aumento de relaciones sexuales del grupo de riesgo y el hecho de que comparten las jeringuillas, se entiende que no es difícil difundir el riesgo del contagio”, añade.
Detectar los nuevos casos tiene que ser una prioridad”
Informe europeo
El Gobierno ha anunciado una financiación de 18 millones de euros que, según Malliori, solo basta para pagar los sueldos de los trabajadores de los centros. La organización ha comunicado al Ministerio de Salud que para seguir necesita al menos 30 millones de euros, casi el doble de lo presupuestado.
Según el informe del ECDC, la mayoría de las personas que se inyectan drogas son desempleadas (el 72%), con una tasa de paro muy alta —sobre todo en Atenas— y el número de los que declaran no tener trabajo ha aumentado mucho en los últimos cuatro años. “La crisis ha golpeado a los drogadictos y a las organizaciones que ofrecen los servicios. También se ha exacerbado el uso de drogas y ha cambiado el tipo de droga. Una tormenta perfecta”, comenta Nikos Dedes, presidente de la ONG Positive Voice que, el pasado noviembre, abrió un centro para pruebas gratuitas de VIH gracias a la financiación recibida por una fundación benéfica estadounidense.
Una de las recomendaciones del informe europeo es que se amplíe el acceso a los centros para las pruebas diagnósticas del virus. “Detectar los nuevos casos tiene que ser una prioridad. La mayoría de nuevas infecciones llegan de personas que no sabían ser seropositivos”, añade Dedes.
Los acuerdos pactados por Grecia con la troika de los acreedores internacionales prevén una reducción del gasto sanitario hasta el 6% del PIB con respecto al 9,7% anterior a la crisis (la media de los países OCDE es el 9%). El dato es citado en el informe del ECDC, que en una de sus conclusiones subraya: “Hay que considerar que hay algunos paralelismos entre la situación de Grecia y la de otros países de la UE. Es importante subrayar que el brote registrado en Atenas no supone un riesgo directo para otros países. Pero, considerando los comportamientos de riesgo y la menor cobertura en prevención en varios países, así como problemas económicos parecidos que llevan a recortar los programas de prevención, brotes similares pueden registrarse en otros países”.